viernes, 1 de mayo de 2009

Receta de crema de calabaza

Entre las páginas de la novela El Hijo de Hitler, su autor, José Luis Aguilar, ha querido deleitarnos con una interesante y sencilla receta que, al menos yo desconocía.

Se trata de una receta casera para preparar crema de calabaza. Después de haberla podido disfrutar recientemente (aunque eso sí, con dos pequeñas variaciones, al utilizar leche y queso vegetales) quiero compartirla desde aquí para todo aquel a quién pueda interesarle probarla:

“La calabaza es una hortaliza despreciada por mucha gente –dijo mi hermano mientras cortaba la parte superior de una de estas cucurbitáceas con casi tres kilos de peso-. ¿Ves? La calabaza misma va a servirnos de sopera. Esto será la tapa. Quita tú todas las semillas y filamentos. Toma esta cuchara. Hazlo con cuidado, hasta que dejes limpia la pulpa. ¡Vale! Eres un buen ayudante. Ahora llenamos la calabaza con una capa de estos dados de pan tostado y encima le ponemos otra capa de queso gruyére rallado; otra de pan y otra de queso; otra y otra… No, ya no pongas más. No hay que llenarla hasta el borde. Sazona la crema de leche con sal. ¡Vale! Ahora pimienta de molinillo. A tu gusto. Y una pizca de nuez moscada. Parfait!, cómo diría el maestro de Collonges. Dame la crema de leche para verterla en la calabaza, sobre el queso y el pan rallado. ¿Ves qué fácil? La metemos en el horno –mira a ver si está ya a 165 grados- y dentro de dos horas te maravillarás cuando la pulpa de la calabaza se funda en tu boca con un sabor sorprendente y exquisito. Lo único que hay que hacer durante esas dos horas de cocción es remover de cuando en cuando, pero muy ligeramente, para facilitar la emulsión y la untuosidad de la crema. Si alguna vez la remueves tú, no te olvides de volver a cubrir la calabaza con su propia tapa.”


Con un poco de paciencia podemos obtener un plato delicioso. ¡Mucha suerte!

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